- Si no muero en la guerra, seguro me mataras cuando regrese diciendo que me fui a ver chicas -Suspirando el pelirrojo, emitió una leve queja por los celos de su esposa aunque feliz ya que el, se sentía alegre siempre que ella mostraba celos. Soltaba leves gemidos de dolor por los masajes, siempre los hacia de la misma manera y siempre terminaba como nuevo, liberado de toda la tensión y el estrés acumulados.
- Tus manos son mágicas Preciosa, creo que me darán suerte en la guerra… -Lentamente, sus ojos se cerraron por la relajación total. Se sentía alegre de pasar la última noche con la persona que amaba y aun mas, sin nada de tristezas. – Quiero una familia grande…con niños y quiero que tengamos un lindo jardín –dormido Fuji murmuraba sus sueños del futuro, con una gran sonrisa en el rostro mientras la saliva caía de su boca como si no fuese mas que un niño pequeño.